En la región valle tulija es sabido que el asentamiento fue de etnias Choles y tzeltal, siendo la primera la que más mantiene tradiciones y usanzas en los actuales pueblos indígenas enclavados en la altitud de los cerros donde solía cultivarse la milpa sin utilización de insumos químicos, pues sigue siendo el maíz el grano base de la alimentación.
En el ejido Suclumpa, los habitantes de más edad siguen manteniendo vivo el respeto a la madre tierra y demás elementos de la naturaleza que conducen la vida humana, haciendo antiguas peticiones místicas para que sus cosechas se den de la mejor manera y puedan alimentarse y continuar con sus usanzas tradicionales en torno al maíz –Ixim en Chol-, que prácticamente es consumido de diferentes formas durante todo el año.
Desde la recolección y guardado de las mazorcas, hasta la posterior elección de los granos en canastos de añil para utilizar para la comida cotidiana o algún evento en particular, los indígenas choles mantienen una parsimonia especial para la preparación de alimentos muy conocidos como los totopostes, la tortilla gruesa de maíz nuevo, las maneas o tamales de masa colada, pero también van conservando y mostrando a las nuevas generaciones otros platillos poco comunes como la tortilla de tomate, de frijol, de maíz morado y de calabaza entre otros.
Para los indígenas choles de localidades como Suclumpa el uso del grano de maíz no sólo es fundamental sino que es una gracia de Dios que siempre debe estar presente en su vida y las generaciones venideras, manteniendo costumbres sencillas como las características de sus viviendas, el tradicional fogón de leña en las cocinas provistas también de comales para cocinar y yaguales para levantar algunos utensilios.
"Comenzamos desde la recolección y guardado de las mazorcas, hasta la elección de los granos para utilizar en la comida cotidiana”
"El uso de maíz no sólo es fundamental sino que es una gracia de Dios que siempre debe estar presente en la vida y las generaciones venideras"
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