LA CASA FAMILIAR


La tradicional casa ch’ol es rectangular y tiene seis postes de madera de ch’ute o de ch'iin took' , árboles que crecen en la región y que son famosos por la resistencia que tiene su madera. Estos postes que se llaman horcones se entierran en seis pozos que se abren en el suelo.

Antes de enterrar los horcones, es necesario hacer una ofrenda a la tierra para que no falte nada en el hogar que se va a construir y es necesario bendecir la superficie completa, para protegerla contra los brujos que suelen rondar por los alrededores.

Para esto, en los huecos para los horcones, un anciano coloca carne de gallina preparada con sal y chile, un poco de pozol de maíz molido con cacao y semillas de mamey, y un poco de aguardiente. Luego tapa los huecos con tortillas de maíz y quema incienso.

Entonces sí están listos los huecos para colocar en ellos los horcones, porque la superficie de la casa ya está protegida. Las paredes se hacen con varas amarradas que se recubren con una masa llamada bajareque que se hace con barro y paja. El techo se construye con palmas tejidas o con pasto seco. El piso es de tierra apisonada. Casi siempre las casas ch’oles tienen un solo cuarto que se usa como dormitorio, cocina y bodega. En ocasiones, se construyen anexos para poner en ellos la cocina.

Y aparte, construyen gallineros y corrales. Es tradicional que las casas ch’oles se edifiquen de manera dispersa, alejadas unas de las otras, ocultas entre la maleza y, siempre que se puede, a la orilla de los ríos que ofrecen frescura. Las comunidades ch’oles tradicionales son dispersas.
Nicolas Arcos

Este es mi blog personal. En él registro noticias, ideas y ocurrencias que me gusta compartir. No voy a decir mucho más de mí (es una situación más que incomoda). Dejaré que el contenido de este blog me describa. Agradezco su visita, el tiempo dedicado a la lectura de mis artículos y los comentarios que me haga llegar. Espero algo de aquí le sea útil.

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