Los ch’oles respetan de manera especial a
los ancianos. Los llaman con cariño y
respeto tatuch y también mojtiomaj. Los
ancianos también se llaman “principales”.
Los ancianos, hombres y mujeres, son
respetados por su vida misma: porque han
sido capaces de cultivar bien la milpa y
cosecharla con destreza, porque han
ocupado cargos públicos, porque han
tenido hijos, nietos y bisnietos capaces de
hablar la lengua ch’ol y de respetar las
costumbres tradicionales, porque
entienden la vida de la naturaleza.
Los ch’oles sienten un gran respeto por la sabiduría acumulada. Cada vez que surge algún tema importante para la comunidad, los principales se reúnen para discutir, para reflexionar, para proponer soluciones que los adultos y los jóvenes analizan y valoran. Cuando hay algún caso de pleito o un delito menor, son los ancianos los que hacen las funciones de jueces. También participan en las celebraciones de, por ejemplo, matrimonios, defunciones y cambios de autoridad. Los ancianos también rezan para que las personas enfermas sanen o para que los sembradíos den buenos frutos. Son intermediarios entre las personas y los dioses de la naturaleza. Los ancianos ch’oles son la cabeza de la comunidad.
Los ch’oles sienten un gran respeto por la sabiduría acumulada. Cada vez que surge algún tema importante para la comunidad, los principales se reúnen para discutir, para reflexionar, para proponer soluciones que los adultos y los jóvenes analizan y valoran. Cuando hay algún caso de pleito o un delito menor, son los ancianos los que hacen las funciones de jueces. También participan en las celebraciones de, por ejemplo, matrimonios, defunciones y cambios de autoridad. Los ancianos también rezan para que las personas enfermas sanen o para que los sembradíos den buenos frutos. Son intermediarios entre las personas y los dioses de la naturaleza. Los ancianos ch’oles son la cabeza de la comunidad.
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Cultura y tradicion